1. Se recibe al cliente creando un entorno cómodo y seguro, de confianza. Se acomoda y se le proporciona los elementos de protección necesarios (toallas, batas).
2. Mediante una serie de preguntas, se averiguará el motivo de la consulta para facilitar el trabajo, algunos datos personales, antecedentes del paciente y hábitos del mismo.
3. Comienza la observación (visual) y exploración (manual) del cabello y del cuero cabelludo. Esto permite un primer diagnóstico para tener más información acerca del estado del cliente.
4. A continuación, comienza una observación más profunda mediante el uso de equipos profesionales. También hay una parte visual en la que se amplía la imagen para observar más de cerca y una parte de exploración donde se analiza la superficie de la piel.
5. Tras realizar todos los procedimientos necesarios, se refleja el resultado en un diagnóstico, una ficha técnica con la información recogida, unas conclusiones del proceso, una propuesta de tratamiento y consejos para cuidar del cabello.